martes, 12 de agosto de 2008

El paradigma de la democracia alfabetizada.

a) Encontrar un rincón para la literatura siempre ha sido una odisea entre la ocurrencia culterana y el glamur de una sociedad pragmática, de género pop, abducida por una política cultural del desencuentro, de las estadísticas y los métodos gerenciales. Encontrar un lugar para la literatura siempre incomoda en una sociedad que comienza a leer por política, por obligación digital, por descifrar un mensaje de su teléfono, porque sale más barato que hablar. Encontrar un sitio para la literatura es irrupción y sorpresa.
b) El paradigma de la sociedad escriturocentrista ha cambiado de vestiduras a pesar que debe leer por necesidad tecnológica. La literatura exige un espacio, una medida, un contexto que no se le puede quitar. La literatura hoy convive con las experiencias del lector de blog y de las posibilidades del ciberespacio. La literatura ha deshojado la margarita, y en cada hoja deja caer una posibilidad certera. Leer. Leer. Leernos.

c) La generación Gutenberg ha dado cabida a la generación I/0 abriendo caminos de gran soltura editorial y abaratando costos de producción. Este híbrido editorial desde casa, aumenta las posibilidades de lectura frente a una sociedad cada día más alejada de los géneros literarios y los escenarios del arte. Se democratiza el medio, pero no sus usuarios. Hay democracia, no demócratas. Hay libros, no lectores. Los tirajes cada vez son menores, y ocurre lo contrario, a mayor economía del método, mayor el número de usuarios. Nada más falso, hay menos tirajes porque hay menos lectores. Una editorial de gran envergadura traza su primer tiraje en 2000 ejemplares para un panorama de cien millones de mexicanos. Una editorial menor, universitaria, tira mil ejemplares, una mitad que queda rezagada en las bodegas y paralizada al insulto de los ratones. Finalmente, menos lectores.

d) El aumento en la tecnología no basta para subsanar una laguna cultural que invade generaciones completas. No basta para curarse en salud y decir que la decisión está tomada. Hay que decirlo. La letra artística pierde sus galones. Nadie espera que se escriba. Pero la generación actual debe hacerlo.

e) El paradigma de esta revista es paradojal. Pero muestra los dientes de una generación de escritores que ha combatido el cambio tecnológico y el cambio climático. Que despierta ante una posibilidad de establecer un pacto tecnológico y la imagen del libro impreso. Paradojal, no se permite dejar de lado el blog ni el papel.

f) Este reto se encara dentro de la revista arte +/- vida, que responde a una urgencia de estos tiempos. Una necesidad que se entrega a la posibilidad de crear a pesar del límite de tiempo. Del límite de lectores. Del límite de uno mismo. Una revista que recoge una generación comprendida en la década de los setentas que comienza a abrirse paso en el panorama de la literatura nacional. Son escritores que han andado por un largo camino y que han atravesado la frontera de los soportes y los multisoportes para encontrarse de lleno que lo que importa es la actitud de la literatura, el espejo de nuestras realidades. Son los que han apreciado el ritmo de una literatura comprometida, para dar el estirón hasta una literatura que comprometa a los lectores posibles, que tanta falta hacen. Una literatura intimista. Son los jóvenes a punto de dejar ese mote, y pasarse del lado de la madurez. Son los escritores que ponen el dedo en la llaga y que se resisten a abandonar el lado brillante del arte. El paradigma que con palabras puede responder plenamente a las dádivas del mundo.

g) La literatura, no exige oportunidad ni coyuntura, sino expresión. Mundo interno peleándose con la realidad y con el lenguaje, en sincronía con el tiempo privativo de la letra artística. La literatura si basta. El escritor debe incomodar, vociferar, y luego, sin el apresuramiento del que escribe en pos de la nombradía ha de sentarse a ejercer el privilegio de la espera. Esta generación ha esperado para entrar en un fuego cruzado.

h) Los estilos discordantes, de lo elevado a lo sórdido, que enseña diversos niveles de existencia, que respira con enojo, asqueado ante la misma necedad de seguir creyéndole a la palabra sus ímpetus pudibundos.

i) Dada la atmósfera moral de nuestros días, el decir visceral es oportuno, es vida, es arte. Encontrar un rincón para la literatura siempre es posible.

j) Encontramos un rincón para la literatura. Expresemos entonces nuestro derecho de lectores.

No hay comentarios: